martes, 6 de marzo de 2012

Feliz día de la mujer, Princesas engañadas.

Hoy os cuento que...

El próximo 8 de Marzo, será el día de la mujer, el día de la mujer trabajadora, el día de la madre, el día de la esposa, el día de la mujer trabajadora, madre y esposa.

Realmente...¿nos contaron así el cuento?

Definitivamente no.

Quizá nuestras madres se equivocaron al hacernos creer en un ideal de mujer que no se ajusta a la realidad de hoy. Nos hablaron de princesas que no tienen un cutis con imperfecciones, que no necesitan hacer dieta nunca, que usaban trajes de firma, que tienen un príncipe guapo, comprensivo, colaborador, rico, sin amigos petardos,... Pero...
LA REALIDAD ES OTRA

Fíjaos si es otra la realidad, y tan distinta a la que se nos pintó, que la defensa de los derechos de la mujer, en ocasiones, se convierte en una pelea contra los hombres.

En nuestra reivindicación, hemos dejado a un lado que ellos también pueden ser padres, que ellos también pueden hacer tareas domésticas, que ellos también pueden sentirse deprimidos o bajos de moral aunque no tengan el período.

En el día de la mujer siempre se acaba hablando de las mujeres muertas a manos de sus parejas.
¿POR QUÉ?
¿Podríamos hacer un homenaje a lo conseguido en cuanto a igualdad y derechos, sin atacar a los hombres y sin hacer hincapié en la violencia de género? Creo que si, y ahí va el mio.

Mi homenaje va para aquellas mujeres, entre las que situaré a mis referentes femeninos (mi madre y mi abuela) que nadie les dijo que podrían trabajar por un sueldo inferior al de sus compañeros hombres. Lo descubrieron después y, desde la sonrisa, fueron luchando poco a poco, que la prisa no tenía lugar ahí porque estaban llevando a su casa un sueldo.

Mi homenaje va para esa mujer que se ha pasado las noches en vela, cuando sus hijos eran bebés y cuando sus hijos eran adolescentes. Se ha ido a trabajar sus 8 horas, ha llegado y ha puesto la comida en la mesa. Sin hacer la siesta española, ha puesto una lavadora de ropa blanca y ha preparado la comida para el día siguiente. Ha ido a recoger a su niña a baile clásico y a su niño al fútbol. Ha llegado a casa y ha preparado la cena, la ropa de sus polluelos y se ha metido en cama derrotada por el cansancio. Y cuando se ha despertado, sus rutinas vuelven a ser las mismas.

Mi homenaje va para esa mujer que cuando llega a casa de su trabajo, tiene más trabajo, el doméstico. Que cuando es fin de semana, ella trabaja porque hay que comer, porque necesitamos ropita limpia, porque hay que llenar la nevera. Esa mujer que cuando llega verano y sus vacaciones ella sigue trabajando en su casa y bregando con su familia.

Mi homenaje va para esa mujer que lucha, desde el silencio, sin alborotar, pidiendo sus derechos, poquito a poco. Que contribuye a que las cosas cambien cuando enseña a su niño y a su niña a hacer la cama, a fregar los platos, a poner la mesa. Esa mujer, casi sin que nadie se de cuenta, está luchando por la igualdad.

Los hombres dicen, que desde tiempo inmemorial, la mujer ha sido un cero a la izquierda y el importante era el hombre, que era quien traía el sustento a casa. Yo siempre pienso lo mismo:

-"Eso lo dices aquí, ahora y delante de tus amigos"

¿Por que? Pues muy fácil.

La mujer ha estado en la cueva esperando a que el hombre primitivo trajese un león para comer. Pero si ella no lo despieza y cocina ¿Quién come? Entonces... ¿quién es el importante?
Esa mujer en la cueva que le pega un chillido a ese hombre
-¡¡¡¡"Deja de pintarme mamuts en las paredes que las acabo de fregar y clarear, soprimitivo"!!!! Y el hombre, dejaba de pintar.

Porque sí, la fuerza bruta la tiene el hombre, pero la maña, la destreza y la capacidad de gestión y organización... suele tenerla la mujer. El hombre lo sabe, es por eso por lo que cuando una mujer pega un grito, el hombre obedece, porque sabe que en su casa, quien lleva la voz cantante es la mujer y ya fuera de casa.... quedamos de machotes con lo que sea.

Felicidades mujer!

 Un bikiño ;)

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